viernes, 27 de febrero de 2015

Epilogo

Dos años después...

Una dice ‘no hay tal crisis’ mientras tira un par de platos al piso;
 una dice que no hay tal crisis y se ríe con su mejor cara de boluda.
Una dice 'no hay tal crisis' se interna en la peluquería
y se pone kilos de tapa ojeras.
Una vez que aceptas que esa crisis es tal crisis, estás preparado,
 ya podes negarla.


Un suspiro enorme se me escapa, muerdo mi labio inferior y juego con los dedos de mi mano. Odio esperar, odio ser tan ansiosa y odio morderme los labios cada medio minuto. Reconozco que es mi esencia y si no cambie, no lo voy a hacer ahora.
Escucho unos pasos detrás de mí y sonrío, al fin no tengo que esperar más.
― ¿Paula? ¿Qué haces? –su voz. Vuelvo a sonreír, como la mayoría de las veces cuando lo escucho.
Giro con la silla de su escritorio –que justamente es giratoria – para sonreírle, y que él también me muestre su linda sonrisa.
― A vos te estaba buscando - le digo totalmente seria, como típica escena de película. Él larga una carcajada que me contagia y se acerca a donde yo estoy, para sentarse en mi falda y rodear mi cuello con sus brazos – me estoy muriendo –finjo una voz entre cortada y él vuelve a reír.
― ¡Exagerada! – me reprocha mientras deja dulces besos en mi rostro y yo sonrío sintiéndome en el aire. Así de tarada me tiene.
Muerdo mi labio inferior, dirigiéndole una mirada con odio, volviendo al dialogo que tenemos y olvidándome de sus besos.
― Divino, no sos una pluma.
― Ah.
Obviamente que no le interesaron mis palabras y comenzó nuevamente a dejar un suave beso en mis labios, el cual se volvió más exigente, para que yo rodee con mis brazos su cintura. Finalizó el beso y me sonrió, tan, tan lindo que deje un beso chiquito en sus labios.
― ¿Cuándo va a ser el día en que tengas el cuello de la camisa bien acomodado? Queda horrible así parado –le reprocho mientras se lo acomodo. Él me sonríe de cerquita y yo muerdo mi labio inferior.
― No entendes.
― ¿El qué?
― Que me lo dejo para que me lo acomodes vos -sonrío y lo beso dulcemente. 
― Se nota que sos el más chico de tus hermanos. El más mimado, pero estás mal acostumbrado eh- eleva una ceja, divertido - ¡Conmigo no chiquito! – y vuelve a reír para plantar otro beso en mis labios.
― ¿Por qué no?
― ¡Porque no! –le sonrío.
― Mala. –juega con mi nariz y la suya.
― Estas muy lindo –le murmuro con mi voz toda tonta.
― Soy todo tuyo –muerdo mi labio inferior y se me escapa una sonrisa divertida.
― Obvio que solo mío. – planto un beso.
― Vos también estás muy linda –le sonrío – y adivina quien tiene miedo de que mientras esté esperando el diploma te estén acosando con la mirada y no esté atento a lo que dicen los directores, porque va a pensar en vos y en todos los tipos que estén ahí, alrededor tuyo y que lo llamen  tres veces “Alfonso”, “Alfonso”, “Alfonso” y que como no le dé bola le digan “recursa los cinco años” –largo una carcajada y lo abrazo fuerte. Es todo – Adivinaste.
― Te amo mucho, tarado –lo beso dulcemente, con todo mi amor- y no va a pasar nada de eso porque 1) voy a estar entre Thiago y Gastón o sea que 2) son peores que vos y 3) son capaz de meterle una piña a quien sea solo por cuidar a la novia de su amigo. –enumero con mis dedos y me sonríe divertido.
― Creo que los amo más a ellos que a vos –reí y volvió a unir nuestros labios.
― Eso es obvio –nos sonreímos - ¿estás listo?   
― Listo.
Atine a abrazarlo, fuerte, fuerte.

Lo beso dulcemente mientras acaricia mi espalda pegándome más a su cuerpo, escucho uno de sus suspiro y soy capaz de separarme, pero muy despacio, todavía dejando pequeños besos. Me mira con su frente fruncida y yo dejo el último beso (por ahora) para carraspear suavemente y decidirme a hablar.
― Te tengo un regalo –le informo y levanta una de sus cejas y me sonríe. Muerdo mi labio inferior porque mis nervios aparecen – bueno en realidad son dos, pero primero el primero.
― ¿Me lo vas a dar o…? –pregunta divertido porque me quedo en el molde y asiento con mi sonrisa, antes de separarme me regala un beso y busco con mi mirada mi cartera, ahí se encuentran sus regalos.
Camino firme hasta está y busco con la mano aquel sobre azul, al encontrarlo sonrío chiquito y camino a donde esta él.
 ― ¿Un CD? –me pregunta cuando se lo entrego y asiento.
― Tiene un video, mi video –le sonrío.
― ¿Un video porno de regalo? –me pregunta divertido y larga una carcajada cuando yo le pego en uno de sus hombros.
― ¡Idiota! Es mi video de regalo por tu graduación. – me sonríe y yo muerdo mi labio inferior.
― ¿Lo puedo ver ahora? –asiento con mi sonrisa.
― Es la idea.
Y enseguida va por su notebook, se dirige a su living para sentarse en uno de los sillones, poner el cd y yo sentarme al lado suyo, muerta de nervios, miedo y ansias. Admito que me arriesgue muchísimo con esta clase de regalo y no sé cómo va a ser su reacción. No dejo de mirarlo y mientras espera a que se abra el video me mira y me regala una sonrisa que contagia una en mis labios, me acerco y lo beso sentidamente en su mejilla.
― Admito que tengo un poco de miedo –me dice y yo rio.
― Ah sí, yo también –él eleva una ceja – dale que ahí empieza.
Y como si fuera una más de las espectadoras, como si no supiera de qué trata el video, me concentro en esté que no tarda en comenzar.
Ahí es cuando aparezco yo, sentada en una butaca de madera con el fondo coral de unas de las paredes de mi habitación –en donde lo grabe -. Su sonrisa se hace presente cuando comienzo: «Pepe, mi amor, gordo, bichito…Si estas mirando esto es porque yo me encuentro al lado tuyo y ¡Te graduaste! » su risa y mi mordedura de labios.
«Y ¿viste lo lindo que se siente?» Yo lo sé, por eso se lo pregunto y lo veo que sin despegar su mirada de la computadora asiente con su sonrisa. Mi mirada no se despega de su rostro y en sus facciones que cambian a cada minuto.
«Es como que, después de tantos años de estudios, de nervios y miedos te sentís… feliz, importante. Pasas de ser el ‘estudiante de producción televisiva’ a ‘Productor ejecutivo televisivo’ porque vas a ser ejecutivo, yo sé, confió en vos» Me mira y me regala una sonrisa llena de risa, para que yo me contagie y me acerque a dejarle un beso en su mejilla, aprovecha a cruzar uno de sus brazos por mis hombros para tenerme abrazada a su cuerpo.
«Quisiera entender un poco más de esto para agrandarme un poco y tirarte esas palabras claves que usan los productores o alguna herramienta que usen, para matarte y sentirme lo más top… pero solo encontré estos efectos que te cambian la voz y suena así todo raro» mientras le aclaro que encontré esas voces, estas mismas van cambiando mi voz a más agudas o más graves, haciendo que largue una carcajada y yo ría de su risa.
«También encontré estos efectos de corazones, ¡Bueno Pedro! Es que lo mío es el diseño, ya sabes»
Niega varias veces mordiéndose su labio y yo rio y le murmuro un “qué vergüenza”
«Igual es obvio que no estoy acá para mostrarte todos los efectos que encontré porque salgo perdiendo. Estoy acá para de alguna manera agradecerte y decirte todo lo importante que sos y de lo mucho que cambiaste en mí –muerdo mi labio inferior- una de las cosas que cambiaste en mí por ejemplo es estar acá, sentada… haciéndote este video»
Acaricia una de mis manos, para que yo termine de unirlas y enredar nuestros dedos.  
«Creo que desde que te conocí ya sabía que ibas a ser importante para mí, aunque en ese momento con casi seis años no me di cuenta y mucho menos cuando te diste el lujo de robarme uno de los chupetines de la piñata en el cumpleaños de Zai y además… ¡robarme a mi amiga!»  Reímos.
«Pero después paso todo lo que paso y ya no me robaste más chupetines sino besitos en los recreos mientras ahora era Zai quien contaba hasta tres odiándote a vos, porque claro que le habías robado a su amiga. Como todos los chiquitos, jugábamos a ser grandes… a tener hijitos en una casa grande, mientras yo la mamá les hacía de comer y vos, el papa comías la comida y me decías que estaba rico porque no te quedaba otra, admito que eso es muy de minita y está perfecto» Eleva una ceja y me queda mirando por un momento.
― ¡Obvio que está perfecto! –le digo y el muerde su labio inferior negando con su cabeza seguidas veces.
― Minita. –me dice y rio.
«Pero como éramos chiquitos y no grandes, vos te cansaste de jugar y decirme que la comida estaba rica… o sea, también te entiendo, eran unas hojas de árbol la comida, si te venía con algún alfajor creo que seguiríamos jugando a ser grandes, bueno en ese momento no te entendí y obviamente que te odie, porque las nenas de ocho años también pueden odiar, a su manera, pero pueden. Y los nenes de ocho también»
 «Y después de todo lo que paso durante estos años… cuando teniendo diecisiete vos viniste y tragándote todo tu orgullo me dijiste ese famoso ‘me gustas’ que todavía, ahora que paso bastante tiempo, no logro superar esas dos palabras. Te juro que morí de amor cuando me las dijiste, pero en ese momento tenía que hacer como si nada porque ‘¡Somos amigos, no podemos tener nada serio!’ »
― ¡Noo! –Larga una carcajada- me había olvidado de esa frase - reímos los dos.
― Jajajajajjajja no dábamos más.
« Despues me di cuenta de no era tan así, de que era posta que pasaba algo…Y ahí fue cuando vos me dijiste todo lo que te pasaba, y todo se volvió confuso. Era como un destiempo… en el momento que vos me pedias por favor que te amara (aunque me lo decías un poco en joda) y yo era como que tenía un cagaso de la puta madre y no me soltaba mucho… Siempre la pasábamos bien, con nuestras pavadas y nuestras peleas infinitas. Amo nuestras peleas ¿sabes? No de esas que vos te vas de casa dando un portazo, de esas que terminan con cosquillas o con miles de besos para terminar haciendo el amor.
Amé ese día en que me dijiste de ser tu novia, la primera vez y que yo ya sabía que me ibas a preguntar, después de dejarte manija la noche anterior que te quisiste hacer el canchero y no te salio. Y después… cuando volvimos a reencontrarnos e inconscientemente nos buscábamos y nos encontramos. Me pediste ser tu novia con dibujos –los mismos que están en mis manos mostrándolos a la cámara. Obvio que los guarde- y desde ese momento supe que no quería jugar a ser grandes otra vez… porque ya lo era, y simplemente quería estar con vos, queriéndote, amándote» Apretó un poquito más nuestras manos y yo deje un beso en su hombro.
«Y ahora sigo con los mismos planes –sonreí – hoy, mañana y pasado. Te quiero a vos, para toda mi vida, juntos, como miles de veces nos lo dijimos, estar siempre juntos. Entendí que de alguna manera estoy jugando a ser grande, volver a los seis años y cocinarte (ahora posta) y que vos sigas diciéndome que esta riquísimo, un poco irónico, si, me doy cuenta que estas siendo irónico. Porque 1) no te queda otra 2) voy a seguir cocinando horrible 3) vos vas a seguir diciéndome que esta riquísimo para hacerme sentir bien»
La Paula que está en el video –yo-  larga un suspiro y se toma su tiempo para seguir su monologo. La Paula (una Paula en dos) que está sentada en el sillón al lado de su novio (el cual es el destinatario de este video) también suspira y juro por dios que muere de nervios, sabe lo que se viene, se lo que se viene.
«Seguramente no te surjan preguntas del porque estoy acá diciéndote todo esto, pero si yo estuviera en tu lugar si me surgirían y por eso te voy a explicar o te voy a redondear mi idea… Simplemente te amo, mucho… vos te la jugaste mucho por mí y yo por vos. Hoy, me la voy a jugar otra vez, porque vale la pena. Vos sos el que vale la pena, el que mi impulsa a sacar esta llave –la que saque de mi bolsillo del jean- sí, una llave, común y corriente con un llavero de un osito que tiene un corazoncito que dice tu nombre ‘Pepe’ y claramente que es tuya y de casa, de mi casa… buena ahora tuya también, si aceptas una convivencia con una flaca insoportablemente ordenada que está dispuesta a convivir con un flaco sumamente desordenado, pero que ama con todo su corazón. La flaca soy yo y el flaco sos vos, mi amor»
Lo miro y me mira, preguntándome con su mirada si es posta todo. Yo solo sonrío y me levanto para volver a donde está mi cartera y esta vez sacar una cajita envuelta en un moño. Se la entrego y él me mira, murmura un ‘me muero’ yo largo una risita y al fin abre la cajita para encontrarse con la misma llave y el llavero que tiene su nombre.
Me mira sin poder creerlo y yo sonrío.
― ¿Y? –Pregunto - ¿Convivimos?
― Es una de las cosas que más quiero en la vida –largo una carcajada – obvio que si mi amor.
― ¿Enserio? –le pregunto con mi sonrisa, tampoco puedo creer que me haya dicho que sí. Y si me decía que no tampoco hubiera podido creerlo.  
― Obvio, con la concubina hermosa que tengo como para que diga que no –largue una carcajada- te amo mi amor.
― Yo a vos –lo beso mil veces – ¡Somos Concubinos!

Se puede negar un día, un mes, un año pero llega un día que esa crisis explota y no aguantas más.
Llega la crisis y uno cree que es el final de todo, pero en realidad no,
es el comienzo.
Atravesar una crisis es como ir al cirujano plástico,
seguís siendo el mismo de antes, pero distinto.


― Dame la mano y vamos a darle la vuelta al mundo, darle la vuelta al mundo, darle la vuelta al mundo cantamos y gritamos y como bien dice la canción, nos agarramos de la mano mientras cantamos y él con la otra maneja.
Nos vamos a dar la vuelta al mundo.
Su sonrisa es lo más lindo del mundo y yo soy la mina más impulsiva del mundo, es por eso que me acerco a dejar un beso en su mejilla y me mira, con esos ojitos lindos que doy la vida (o ellos me dan vida).

― ¿Te ayudo con eso? –me dice mientras yo estoy intentando que todo lo que se necesita para armar unos sándwich de jamón y queso no se me caiga.
― No, no… yo puedo. Vos rema dale.
― Ya reme bastante Pau.
Y ahí es cuando lo veo, veo a mi alrededor y sonrío. Nos encontramos en el medio del lago.
Vuelvo a mirarlo y me levanta una ceja divertido. ¿Cómo lo hizo tan rápida? Tal vez estaba yo concentradísima en estos sándwiches que, admito, me están superando un poco.
― Te ayudo.  – da por hecho y muerdo mi labio inferior, comienza a hacerlos y yo vuelvo a mirar a mi alrededor.
― ¿Por qué estamos acá? Digo… esta como muy
― ¿Muy? –levanta su mirada y me sonríe divertido.
― Silencioso.
― No te voy a comer… aunque pensándolo bien.
― Es que no me dijiste porque veníamos acá – bufa, se pone de pie y cruza aquella “mesita” que invente para poner nuestras comidas. Entonces se sienta al lado mío.
― Necesitaba un poco de paz, necesitaba de ustedes –toca mi vientre y yo muerdo mi labio inferior muerta, muerta de amor – vos… ustedes son mi paz –planta un beso suave en mis labios. Yo le sonrío, él vuelve a concentrarse en esos sándwiches.
― Igual estas tramando algo, porque si necesitaba paz que dijiste que esa paz soy yo y tu hijo entonces nos llevabas a Mármol como las quinientas veces que lo hiciste o nos quedábamos en casa.
― ¿No vas a parar, no? –me pregunta y yo elevo una ceja. Deja nuevamente el sándwich y me mira, fijo. Yo también lo miro y le sonrío chiquito – está bien, planee todo, pero te lo quería decir más adelante… estas insoportablemente ansiosa con tu embarazo –le sonreí ampliamente.
― No escuches eso, hijo –le hablo a mi panza, a él o ella. Al levantar la vista él está sonriendo, sé que con estas minis charlas que tengo con mi hijo muere de amor, como yo cuando él le habla a mi panza. - ¿Entonces?
― Entonces –dice y se tilda mirándome por unos segundos – entonces que te amo – y veo que saca una cajita de gamuza, de esas típicas en donde dentro se encuentra algún anillo, cadenita o pulsera - ¿Te queres casar conmigo?

Suaves besos que logran despertarme y sonrío, me encuentro diciendo miles de veces “si” y escucho una risa, claramente es de él. Frunzo mi ceño y me lo encuentro con su sonrisa divertida.
― ¿”si” qué? – no entiendo nada y largo un suspiro.
― ¿Estaba hablando? –pregunto, un poco confundida.
― Dijiste mil quinientas veces “si” para mí te estabas casando con tu amante y no me queres contar –muerdo mi labio inferior y le sonrío, planta un beso en mis labios – ¡Buen día concubina!  Primer día y para empezar bien y que no me eches te traje el desayuno a la cama. ¿O vos sos de esas que odian comer en la cama? Decime que no – rio y dibujo en su rostro con mis dedos.
― Un poco si, un poco no. Digamos que lo acepto… ¡pero no todos los días! –y ríe, entonces sube una bandeja con un desayuno para dos.
― ¿Cómo dormiste? –me pregunta mientras yo le daba un mordisco a una tostada con mermelada de durazno.
― Re bien –sonreímos – me gusta esto de que te voy a tener todas las noches durmiendo conmigo.
― A mí me gusta esto de que voy a vivir con vos… te juro que soy feliz – rio divertida.
― Espero que dure tu felicidad… escúchame me dijo que Delfi viene a almorzar  ¿te jode?
― Obvio que no –me roba un beso – ahora escúchame vos… necesito que me hagas un lugar en tu placar – hago un gesto de sufrimiento y él ríe.
― Sufro mucho, ¿sabes? – reímos los dos. 

― ¡Me acorde de lo que soñé! –Grite de emoción mientras le acomodaba su ropa en el placar, ‘yo me encargo’  le dije y claro que no se quejó - ¡Pepe!
― ¿Qué paso? – llega desde el comedor hasta la habitación.
― Que me acorde porque decía “si” –le dije divertida – estaba soñando –hace un gesto de que era obvio – era un lago enorme, y estábamos en un bote justo al medio del bote.
― ¿Te hacia el amor? – muerdo mi labio inferior y mis mejillas se ruborizan, escucho su carcajada.
― ¡Idiota! –Le grito y él ríe fuerte- estaba embarazada –muerdo mi labio inferior con mi sonrisa - me decías que era tu paz… que éramos tu paz, también le hablabas a tu hijo, te corregías y me tocabas la panza –y él me sonrío –  después me preguntabas si quería casarme con vos.
― ¿Me decías que si?
― Justo me desperté… pero claramente te decía que si –reímos los dos – era como muy real
― Que lindo sueño mi amor –me abraza y yo me apoyo en su pecho – algún día vas a cumplir tu sueño, tranqui –me sobra y yo le pego en uno de sus hombros para escucharlo reír –enserio te digo –me separa un poquito para que lo vea, y me vea, me sonría y plante un beso sentido en mis labios – te amo concu.
― Te amo más, concu –le respondo, con mi sonrisa.


Siete meses después…

Un sentimiento raro me recorre todo el cuerpo, es una especie de felicidad pero también de angustia. Se que está por llegar, y que también se va a dar cuenta que me pasa algo, pero lo que no se es como se lo voy a decir, como se lo va a tomar y eso me paraliza… me hace temblar.
Seco mis lágrimas con el puño de mi sweater y vuelvo a hipar, porque desde el momento cero me replantee todo y sigo con pánico a su reacción.
― Pau, ¿estás? ¡Llegue amor! –Escucho su voz desde mi habitación, pero sin embargo no digo nada porque no soy capaz de hablar - ¿Pau? –Y lo veo - ¡Hola! –Su sonrisa y yo sonrío mientras me seco mis lágrimas – Hey, ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras? Traje unas milanesas de pollo con fritas de pasada, para que no cocinemos –sonreí nuevamente– no me llores –besa suave mis labios – contame, ¿Qué paso? –y al querer tomar mi mano se da cuenta de todo.
Me mira fijamente y yo seco mis lágrimas, trago y se me eriza la piel. Muerdo mi labio inferior y miles de lágrimas salen otra vez. Mi mano es temblorosa al subirla un poquito para fijar mi mirada nuevamente en este aparado.
Lo miro y me mira. Asiento.
― Dos rayitas.
FlashBack
 Hoy, miércoles 19 de marzo 8.40 am
Muerdo de una de las tostadas y me acerco para plantar un beso en sus labios.
―Pau hablemos, esto es importante.
― Gordo es solo dos semanas de atraso, no creo que sea nada, después hablamos, llego tarde.
― Te amo –me dice y yo le sonrío, lo beso suave y salgo volando, llego tardísimo a mi trabajo.

― Tengo miedo –le digo por tercera vez y ella muerde su labio inferior, me sonríe.
― Te lo compro yo –ella siempre va  a estar para mí. Siempre, siempre. –en el break del almuerzo voy y te lo compro. –sonrío.
― ¿Y si sí? –mi miedo.
― No nos adelantemos –me dice y me toma una de mis manos – si es si yo voy a estar con vos, como Pepe, como todos – Zaira fiel Nara.
― Estoy cagadísima. –me sonríe.
― Pepe te ama, no lo dudes.
Fin Flashback

― ¿Voy a ser papá? –me pregunta, yo sonrío y lloro a mares – Mi amor –pone sus manos en mis mejillas. Yo asiento, muerdo mi labio inferior.
― ¿Es bueno o malo? –Seco mis lágrimas porque ese miedo teniendo veinticuatro años no es para menos- ¿te pone contento?
Me mira por un momento.
― Todo lo que venga de vos, todo lo que vos me das me hace completamente feliz. Pau… es un hijo –asiento- es nuestro amor en un ser –sonrío - ¿Cómo no sentirme feliz? – y lo abrazo fuertísimo, con todo mi todo
― Tenía mucho miedo –mi voz es temblorosa – tenía mucho miedo de que te enojes, perdón… perdón mi amor.
― Nunca me enojaría, nunca me pondría mal… ese bebe nos va a unir aún más, vamos a ser una familia.
― Te amo muchísimo –lo abrazo efusivamente – ¡Vamos a ser papás! –Sigo sin creerlo. Nos sonreímos – tengo a un ser dentro mío que nunca me va a abandonar, ¡voy a tener huesos en mi estómago! –el larga una carcajada.
― Te amo tanto –me besa dulcemente, intenso, y yo envuelvo mis brazos en su cuello para atraerlo más a mi cuerpo.
― Pepe –le murmuro entre besos y él para los besos para mirarme- ¿viste esos de los antojos?
― Uff, es una boludez.
― No para –le digo con mi sonrisa- ¿podes creer que tengo uno?
― A ver… - no me cree nada.
Le sonreí divertida y me acerque a su oído ‘quiero que me hagas el amor’  le murmuro y me separo, para encontrarme con su sonrisa y fundirme en un beso dulce que cada vez se volvió más intenso, para que él vaya parándose, haciendo que me recueste sobre la cama. Cuando empieza a trepar a mi cuerpo, abro las piernas para que él se esconda ahí. Es el lugar perfecto para abrazarse, para besarse, para mirarse y sonreírse (también para hacer el amor, claro). Le acaricio la espalda por debajo de la remera y voy enrollándola en forma ascendente hasta sacársela por la cabeza. Cierro los ojos cuando él empieza a besarme el cuello y me estremezco cuando una de sus manos pasa por encima de mi musculosa arrancándomela de una manera magistral. Voy bajando de a poquito hasta llegar al límite de su pantalón e ir tironeando hacia abajo. Se lo quiero sacar, ya no aguanto más. Él me ayuda y hago lo mismo cuando él quiere sacarme el jean que se le traba en los tobillos. Volvemos a mirarnos un rato más, intercalando los ojos como fotografiándonos a nosotros mismos. Nos sonreímos y nuevamente lagrimas se me escapan.
― No, no me llores –me dice mientras choca sus labios con los míos –no me gusta verte llorar.
― Tengo miedo de que me dejes –le confieso – de que cuando tenga cincuenta quilos y parezca una bola de fraile no me quieras más y te vayas.
― Mírame –me pide mientras se apoya en uno de sus brazos y me seca unas lágrimas que ya rodean mis mejillas – mírame  - le hago caso – no me voy a ir a ningún lado sin vos.
― Te amo.
― Te amo – acerco mi rostro hacia el de él para besarlo.
Desliza una mano por entre medio de mi espalda y el colchón, y con solo dos dedos desabrocha la hebilla de mi corpiño. Tironea de las tiritas negras al mismo tiempo que voy bajándole el calzoncillo con los pies. Con otro par de dedos se deshace de la bombacha y antes de que quiera hacer o decir algo, él entra, irrumpe, me apropia. Me une a su cuerpo. Nos vamos acoplando en cada movimiento. Lento, suave, eternizándose. Cruzamos ese puente que nos lleva hasta el cielo y lo tocamos con la punta de los dedos. Y es esa misma satisfacción cuando se está enamorado, de esas cosquillas en la panza que existen y aparecen cuando esa persona te mira, te sonríe, te ama. Cruzamos el amor.

― Hola –lo descubro mirándome cuando abro mis ojos. También descubro que el sol ya cayó seguramente haciendo aparecer algunas estrellas para decorar un poco el cielo azul.
― Hola – acaricia una de mis mejillas y baja hacia mi estómago –hola mi amor – muerdo mi labio inferior cuando me doy cuenta de que le habla a mi panza, a ese ser - ¿sentirá algo?
― ¿Qué si yo siento algo? Yo siento un amor inmenso, inmenso por vos… Él no sé. Creo que es muy chiquito –nos sonreímos.
― Ella… Es nena –muerdo mi labio inferior muerta de amor – una mini Pochi, con su locura, sus gritos y esa manera de hacerme feliz las veinticuatro horas del día. –le sonrío y me roba uno, dos, tres, mil besos.
― Un mini Pepe y toda su ternura, su pelito castaño, sus ojos lindos… sus chistes tontos que me hacen reír siempre, y esa manera de ser que te hace tan especial, tan inmenso
― Te amo –me besa dulcemente.
― Te amo… te amo… te amo hasta el final y después también –y en cada ‘te amo’ planto un beso en sus labios.
Cruza al amor, yo cruzare los dedos.

En chino, en japonés, en coreano, en irlandés, CRISIS significa OPORTUNIDAD.
La crisis es un viaje de ida, pero también puede ser un viaje de vuelta.



Todo tiene un final, todo termina’
Y acá estoy no más… haciéndole cierre a esta historia, todavía no puedo creerlo saben.  Y lo digo enserio. Lo primero que dije al escribir los primeros capítulos de esta historia fue ‘no va a durar mucho, tengo que seguir escribiendo graciasporestarpyp’ y ese era mi plan, pero no el de ustedes. Me enganche (muchísimo) escribiéndola, me propuse que sea algo que marque la diferencia con el resto de lo que había escrito. Algo real sin que no lo sea, algo cómico sin que tampoco lo sea. Y llegue al punto de querer muchísimo, fuera de joda, a los personajes, era como que… escribía situaciones incomodas o feas y me decía a mí misma ‘¡no! Necesito escribir uno más al menos’ y así sucesivamente.
Creo que eso fue lo que más me gusto de esta historia, escribirla y que me surjan más ideas para seguir escribiéndola, y que obviamente, ustedes me llenen de esos comentarios lindos como siempre. Por eso insistimos tanto –las que comparten sus historias- en que dejen sus comentarios, a veces es como que ni ganas, (yo también leo), pero juro que es necesario… sin un simple ‘me gusto’ o de esos comentarios que son enormemente lindos (como algunas de ustedes me lo dejaron) es como que te pones a pensar ¿para que mierda escribo si nadie me lee?, o ¿estaré haciéndolo bien? Por eso es que quiero agradecerles, porque hay personas que están desde el momento cero comentándome algo mínimo o algo que te emociona posta como antes les dije, y otras que se sumaron un poco más tarde pero que también dejaron sus comentarios siempre, siempre.
Espero que el final no sea la diferencia, también los espero. Aún más.
Y también, ya que estamos, me gusta agradecer y es el final de esta historia, voy a agradecerles a personas puntuales como lo son las chicas de SJ (las que leen) que fueron capaz de volverme loca, si, lo hicieron, pero me hicieron divertir muchísimo con sus comentarios para que sean diez en el blog y suba otro capítulo. ¿Se dan cuenta lo locas que están, no?
Agradecerle también a Agos que me ayudaste muchísimo, muchísimo con este final sin importar que te lo spolie (bueno, no te quedo otra. ¡Perdón! Te quiero a lot) y también a vos Chopp, que bueno para que aclarar si siempre estas, no se… te mereces el cielo, la tierra, el universo en sí.
Bueno ya me voy, no quería ser tan rompe bola con todo esto, pero era necesario.

PD: Ame la tal crisis que se volvió no hay tal crisis. Y a estos personajes que ame, ame, ame. Enserio.
PD1: Estoy segura que volveré.
PD2: ¡¡¡Espero sus comentarios finales!!!


JusPauliter.

martes, 24 de febrero de 2015

Capitulo 200

Una ronda casi redonda y miles de sonrisas. Bueno solo nueve.
Hace más de un año que no venía acá, a nuestro lugar, a nuestro escape, a nuestro lugar en el que todo era distinto.
Y claro que lo siento distinto, pero distinto lindo.
― Señor amaaaaaaante, que me arrastra, me encarcela –la atención a ella, a Zaira, y que todos estemos aguantando nuestras risas- y como el viento usted me lleva a cualquier parte.
No aguantamos más. Ella tampoco.
Suspiro y vuelvo a reír, porque es mucho y no logro superar su cara demostrando toda la pasión que puso al cantar la estrofa de esa canción que todavía no sé cómo se la sabe. Solo ella.
― ¡Perra! –le grita un Gastón que se encuentra enfrente de ella. No se lo dijo como alago, claramente, lo que causa nuestras risas y un cruce de brazos de esta morocha que lo es todo.
Esta vez es Lali quien después de pedirle la guitarra a la rubia, su mejor amiga, comienza una linda canción que es ella la autora, y eso lo hace especial.
Distinto.
― Cuando el sol cae por mi espalda, cuando el viento sopla de más. Cuando pierda mi rumbo yo sé que ella esta. –levanta su mirada, para encontrarse con las nuestras en ella. Sonreímos todos – Su coraza no lo hace rudo, su pureza es mi gravedad – lo mira a él en particular y muero de amor – la emoción lo dejó… desnudo.
Y aunque es la primer estrofa de esta canción nueva que no conocíamos aplaudimos, porque ya es nuestra favorita, simplemente nos emociona –y no solo a su novio- escucharla.
Ella ríe divertida y muerde su labio para bajar su mirada, le da vergüenza, pero sé que se siente feliz.
Yo lo estoy.
Con mis pies al suelo y mi frente a Dios… Nada me hace falta con vos. –nos regala una sonrisa- Y canto…
Canta, canta para nosotros.
Para el mundo.
En tus ojos esta mi vida, en tus manos mi contención. ¡Es tu alma quien me ilumina! No estoy sola – unas lágrimas se desprenden de mis ojos y muerdo mi labio inferior. Ella y su voz, sus letras y todo lo que implica – Las miradas no dicen nada, si te encuentro yo sé quién soy. Es tu alma quien me ilumina, no estoy sola –niega seguidas veces con su sonrisa plantada en todo lo que va de la canción. Claro que no estás sola amiga.
Y claro que nadie lo está, ninguno de los nueve que estamos acá en esta ronda mientras escuchamos por primera vez cantar a una de nuestras amigas su primer canción, ninguno está solo.
Yo los tengo a ustedes. Ustedes me tienen a mí.
Es un pacto de amistad. Yo te doy mi amistad, pero vos me das la tuya.
Pensar que es una de las cosas más grandes, sinceras y puras… esto, tener amigos, tenerlos a ustedes. Es un regalo enorme que nos da la vida, tener a estos seres alrededor mío, compartiendo risas, sonrisas y llantos. Momentos lindos –como este y miles más- y otros no tanto –como supimos superarlos: juntos-.  
Un abrazo, un consejo y estar, pase lo que pase.
Si supieras cuanto necesito, de tu amor para sobrevivir. Tus palabras son el paraíso donde yo estoy…Donde yo soy feliz – muerde su labio inferior y larga una risita – ahora todos juntos. En tus ojos esta mi vida, en tus manos mi contención –empezó a dar golpecitos sobre la guitarra y nosotros empezamos con palmas  - es tu alma quien me ilumina, no estoy sola -  esta vez la acompañamos nosotros con un “no estoy sola” y nos regaló su sonrisa amplia.
En tus ojos esta mi vida, en tus manos mi contención – esta vez cantaron Thiago y ella juntos, lo que la sorprendió y nosotros sonreímos.
Es tu alma quien me ilumina no estoy sola – Ahora solo canto Rochi quien dejo un beso en la mejilla de su amiga después de terminar la frase.
Las miradas no dicen nada, si te encuentro yo sé quién soy. Es tu alma quien me ilumina… No estoy sola – Termina ella su canción como así debe ser, y nosotros no paramos con las palmas.
― ¡No estás sola! –y los que solamente hacíamos palmas (como yo) nos damos el tupé de gritarle esta frase que la hace sonreír y después largar una carcajada, para que nosotros aplaudamos todos. Y sin antes planeado, levantarnos para abrazarla fuerte.
Feliz de tenerla como amiga.
Que me acerque a ella para abrazarla fuertemente y que me abrace fuertemente. Despues de todos los momentos lindos y no tanto, después de años de amistad me doy cuenta lo importante que es ella y cada uno de ellos, con sus cualidades y defectos, con sus charlas y consejos, con sus chistes y risas tontas.
FlashBack
Risas y más risas.
Teniendo dieciocho, diecinueve años no pueden esperar algo más.
Es necesario que sus vidas entornen en risas, en sonrisas…
Alguien que se ríe mucho siempre dice que reír salva vidas, y vos y tus amigos están de acuerdo.
Totalmente.
Es un día lindo, sin mucho calor, ni mucho frio. Y eso te encanta.
Por eso, se dieron el lujo con tu grupo de amigos ir a pasar el día en aquella plaza del centro, la cual es enorme, y tiene muchos árboles los cuales dan una sombrita muy linda. Amas pasar el día fuera, amas la naturaleza –aunque aquellos insectos que te están molestando los odias. Profundamente-
Es jueves cuatro de la tarde y acaban de llegar, vos te encargas de cebar mate mientras Rochi y Cele intentan abrir un paquete de galletitas, y que no tengan fuerza en las manos, no hacen una entre las dos, por eso con tus amigos ríen, y es Gastón quien se ofrece a abrir el paquete. Claro que el rubio lo logra.
A tu lado esta Lali quien está muy entretenida cortando pastito –costumbre de todos- del otro lado esta Gastón que ríe de la cara de Romí al sentarse de golpe y que se golpee uno de sus brazos, frente tuyo esta Pedro que mira algo que le está mostrando Cele para que juntos rían, mucho. Y que vos quieras saber qué fue lo que le mostro, pero que no digas nada. Porque sos Paula, simple.
Romí y Rochi gritaron de la emoción al decir algo a la misma vez y que Thiago le pegue a Rochi, para que ella ría y lo abrace.
― Te tragaste el chicle… ¡No hay tal crisis! Se te pegaron algunas tripas. –Dijo Rochi y rieron.
Esto de “No hay tal crisis” se consistía en un ¿juego? Inventado por la que empezó recién, la cosa era inventar algunas cosas malas y terminar con la frase “¡No hay tal crisis!” les pareció un poco divertido.
― Te esguinzastes el tobillo yendo al colegio… ¡No hay tal crisis! Tu amigo te lleva al colegio a caballito–Dijiste vos, recordando aquel día. Y que Pedro con vos rían.
― Bailas horrible… ¡No hay tal crisis! Hay peores – Y todos rieron con lo que dijo Lali. Menos Thiago.
― Te la jugaste por una persona, te corto el rostro… ¡No hay tal crisis! No sos el único boludo –Dijo Pedro y tus amigos rieron. Vos te sentiste la peor.
―  Se te corto la luz anoche y te perdiste la novela… ¡No hay tal crisis! Terminan juntos si o si – Dijo Romí.
―  Gritaste que te encontraste una moneda y una gorda se dio vuelta… ¡No hay tal crisis! Me paso a mí también –Dijo Gastón y todos rieron. Todos conocemos el versito: “¡Que culo! Me encontré una moneda”
―  Le sacas el cuero a la que no te bancas y aparece por detrás… ¡No hay tal crisis! Empeza a escavar… -Dijo Cele para que rían.
―  Apostaste que tu equipo favorito ganaba, y perdió… ¡No hay tal crisis! Jamás sos el único. –Dijo Thiago riendo a lo que ustedes se contagiaron.
Todo esto les causaba risa porque tiraban un “No hay tal crisis” que posta paso. Y era genial.
―  Perdiste cincuenta pesos en la calle… ¡No hay tal crisis! Uno de seguro lo precisa más que vos –Y que sonrían.
Rochi es así: dulce como ella sola.
Y claro que se coparon… ¡Muchísimo! Con los “No hay tal crisis” y que sigan por toda la tarde hasta que ya sin más ocurrencias sugirieron unas canciones y claro que se coparon todos.
Gas se encargó de empezar con su guitarra una de sus canciones favoritas: Seminare- Seru Giran.
Quiero ver, quiero entrar, nena nadie te va a hacer mal. Excepto amarte –Comenzó Gas con su dulce voz
Vas aquí, vas allá, pero nunca te encontraras… Al escaparte –Lo siguió Rochi.
 ― No hay fuerza alrededor, no hay posiones para el amor, ¿dónde estás?, ¿dónde voy? – Lali y su voz que sana.
―  Porque estamos en la calle de la sensación, muy lejos del sol que quema de amor. –Rochi y Gas.
―  Te doy pan, quieres sal, nena, nunca te voy a dar lo que me pides. – Fue Pedro quien se animó acompañado de Thiago. Y sonreíste, porque había desentonado, pero sonó lindo.
Te doy dios, quieres más, ¿es que nunca comprenderás a un pobre pibe? – Cantaron Lali y Gastón.
No hay fuerza alrededor, no hay posiones para el amor, ¿dónde estás?, ¿dónde voy? Porque estamos en la calle de la sensación, muy lejos del sol que quema de amor. – Y esta vez se sumaron todos, canten bien, o mal, disfrutan hacerlo juntos.
Esas motos que van a mil, sólo el viento te hará sentir, nada más, nada más. Si pudieras olvidar tu mente frente a mí, sé que tu corazón diría que sí. – Esta vez canto Thiago y Lali.
Para que después se vuelvan a sumar devuelta al estribillo.
Y siguieron disfrutando de aquella tarde todos juntos, hasta que anocheció y el frio empezó a sentirse, entonces después de despedirse todos juntos, vos con los de siempre, los de tu barrio, partiste.

Fin Flashback.

Muerdo fuerte mi labio porque unas lágrimas vuelven a surgir y sigo abrazada a ella, no quiero separarme y que me vean llorar como una tarada.
Pero ellos son los culpables (no tan culpables).
― Hey, negri –me murmura divertida – ya está, bola – ríe divertida para separarme y que me encuentre con mis lágrimas, que sus facciones cambien drásticamente - ¿Qué pasa? –me dice y al instante todo el grupo de amigos me está mirando preocupados, siento las manos de Pepe en mi cintura y yo largo una risita, y me separo de ella, para secarme mis lágrimas. Me siguen mirando como si estuviera loca y si, un poco que lo estoy, pero en el sentido bueno (si lo hay).
― Estoy bien –y rio – solo que me di cuenta de lo lindo que es ser amiga de ustedes, de que soy muy feliz, y de que como dice Lali… No estoy sola, porque están ustedes, siempre están y –rio nuevamente, porque me da vergüenza. Ellos me sonríen – los quiero muchísimo. Gracias –muerdo mi labio inferior y ellos sonríen para abrazarme todos juntos y que riamos.
La ronda nuevamente se formó, pero esta vez estamos todos parados y abrazados, los miro miles de veces y sonrío.
Es Thiago quien empieza a saltar en el lugar y a gritar para que el resto riamos y nos sumemos a él.
Y girar, reír, estar.
Vuelvo a elegirlos una y mil veces más si es necesario.
Ellos son como son, imperfectos y distintos.
Pero eso lo hace especial: lo distinto.


WOW.
Creo que estoy en condiciones decir que este es el último capítulo y si… ¡Sigo viva!
Bueno nada, solo espero que no me lloren ni zapateen (se creía mil)  hasta que termine de subir el Epilogo que ahí sí, le voy a dar cierre a esta linda historia.
Solo agradecer una y millones de veces.
Esto es de otro mundo.


JusPauliter.

domingo, 22 de febrero de 2015

Capitulo 199

Ojeaba por quinta vez la carta, nada me convencía o eran muchos los menús ricos y no me decidía –definitivamente la última opción.  Mordí mi labio inferior (también por quinta vez en solo diez minutos) para que escuche sus carcajadas, que levante la vista con odio y ellos rían nuevamente.
― ¡Indecisa hasta para comer! –Dice él y ella ríe- dale mi amor que nos está esperando el mozo.
Entonces miro a un costado y me encuentro con el mismo mozo que nos trajo las cartas mirando a nuestra mesa detenidamente.
― ¡Es que así no puedo! –Me quejo y otra vez escucho sus risas, que un poco me contagiaron – bueno elijo tallarines con salsa rosa, fue.
― ¿Segura? – Le dirijo una mirada obvia y él vuelve a reír- está bien –entonces le hace una seña a aquel mozo y enseguida se acerca a nuestra mesa para pedir nuestros pedidos.
Domingo al mediodía y nos encontramos en este restaurant lindo que nos trajo papá a Delfi y a mí para compartir un almuerzo después de casi una semana y media de que no nos veíamos. Obvio que cuando nos llamó aceptamos, porque si, nos molestó a las dos que hubiera desaparecido… pero es nuestro papá y siempre vamos a tener ganas de pasar tiempo con él, pase lo que pase.
Levante la mirada y me lo encontré mirándome, yo eleve una ceja y él rió para que yo muerda mi labio inferior. Delfi largó un suspiro después de dejar su celular y nosotros dos reímos divertidos.
— ¿Que es ese suspiro? – pregunta papá.
— Nada – dice sin más – voy a matar a este flaco – este flaco es su novio: Nacho.
― No déjamelo a mí –dice papa y nosotras largamos una carcajada.
― Me dice que me espera a la tarde en su casa para merendar y a los quince minutos me dice que no, que se va a jugar al futbol con sus amigos ¡Loco decidite! Me hace cancelarles a las chicas y ahora me cancela él.
― ¿Y si le hablas a las chicas? –le pregunto.
― No porque se me enojaron – frunce el ceño – odio a todos – papá largo una carcajada – ¡A vos también por reírte! –y ahora reímos los tres juntos.
― Bueno entonces ya que no tenes planes para la tarde te invito a casa, así la conoces –le sonríe - ¿Te va? –Delfi muerde su labio inferior y asiente. Papá sonríe.
― Pero me preparas una merienda completita ¿ok? – y él asiente yo rio un poquito.
― ¿Vos? ¿Venís? – ahora me pregunta a mí y yo asiento.
― Dale – su sonrisa a más no poder.
Nuevamente el mozo llego a nuestra mesa ya con nuestros platos, para después de dejarlos, desearnos un muy lindo almuerzo y que nosotros le agradezcamos.
Me quede mirando por un momento el plato: era enorme. Levante la vista y que solamente crucemos miradas con Pepi para reírnos.
― ¡Es enorme esto! –dice ella.
― Me dio lastima el mozo, mira la comida con unas ganas… creo que le voy a dejar un poquito para él –dije y papá se me rió en la cara.
― ¡Ay que feo Paula! El loco va a comer tus sobras, pensa en eso –dice papá y yo largo una carcajada.
― Bueno, si lo pensas así es horrible. Mejor no.
― Mucha solidaridad de tu parte –dice y yo muerdo mi labio inferior ocultando una risa – además, lo dejas como un muerto de hambre al pobre.
― Bueno papá, entendí  -sus carcajadas - ¡Nunca más eh!
― Con una propina alcanza y sobra –dice Delfi y se finaliza la “discusión”

Levanto una ceja cuando él deja un suave golpe en una de mis piernas cuando se sienta al lado mío y me sonríe, me abraza de costado para luego hacer que apoye mi cabeza en sus hombros. Que un suspiro se nos escape a los dos y riamos un poquito. Delfi vuelve del baño y se sienta enfrente de nosotros. Ella es mucho más… arisca, si se podría decir así. Muy pocas veces es de demostrar sus sentimientos o el afecto que tiene para la otra persona, especialmente a nosotros, su familia. Supongo que la relación que tiene con sus amigos y novio es diferente.
Claramente.
― Y ¿Les gusta? –pregunta papá.
Hace una media hora llegamos a la nueva casa de papá… iba a decir “hogar” pero creo que no lo considera como un hogar. Creo que su “hogar” siempre va a ser casa. Es linda, muy luminosa, tiene un patio bastante grande –con mucho pasto- y una habitación de más porque quiere que alguna vez nos quedemos acá con él. Un living mediantemente lindo, o sea, si, es lindo… pero yo le pondría más cosas: portarretratos o algún cuadro lindo.
Hombres.
― Me gusta –dice Delfi y yo asiento, haciéndole saber que estoy de acuerdo con ella – además, estas cerca de casa- y él sonríe.
― A mí también me gusta… yo le pondría unos cuadros o algún portarretrato porque esta como muy muerto- Delfi ríe y papá me pega suavemente en mi brazo.
― Igual es verdad –llega a la conclusión él y nosotras reímos – suerte que tengo unas hijas tan buenas y me van a ayudar.
― Te habla a vos, Pepi –le digo y ella muerde su labio inferior. Papá no deja de reír.
― ¡Hey, vos también sos mi hija!
― A no ser que sea adoptada –dice Delfi y yo la fulmino con la mirada.
― Gracias por tanto. –Me tira un beso – No soy adoptada, ¿no? –le pregunto esta vez a papá y ellos largan una carcajada. 
― No mi amor –deja un beso en mi cabeza- contame qué onda con Pepe.
Levanto la mirada para encontrarme con su rostro y frunzo el ceño.
Mi papá preguntándome de mi novio, nunca visto.
― Decilo otra vez, porfis –le pido y él ríe.
― Acá la que le hacia la vida imposible a Pedro era tu mamá, a mí siempre me cayó bien.
― Bueno si, pero es muy loco escucharte decirme eso –y Delfi asintió, de acuerdo – con Pepe las cosas están bien –sonrío – hace una semana estamos de novios y ayer después de meses fui a la casa a almorzar con su familia
― ¡Que forra! Yo no sabía eso –se quejó Pepi. Yo solo sonreí.
― Si hacia mil que no nos veíamos, boluda –y ella no pudo decir nada porque era verdad.
― ¿Y cuándo lo vas a traer a almorzar conmigo?
― Ya le dije –reí – lo de él va a ser peor porque va a tener que ir dos veces a un almuerzo familiar –reímos junto a Delfi – primero no sé, con vos y después otro almuerzo con mamá.
― O un almuerzo con papá y una cena con mamá el mismo día –largamos una carcajada – se muere ese chico, boluda.
― ¡Mal! –Miramos a papá y él estaba con una sonrisa - ¿Qué?
― Nada –murmuro – yo le horraría el sufrimiento al chico y organizaría un almuerzo pero todos juntos –eleve una ceja y una pequeña sonrisa se me escapo – con Ale, el perro y todos.
― Ah buuuuueno –Dijo Delfi- nos perdimos algo.
― ¿Por? Dijimos que el amor por la familia siempre iba a estar.
― Si, y me parece una boludez –digo- la semana pasada la nombrabas como “tu madre” hoy la nombras como “Ale”… algo paso.
― ¡Contanos! ¿Se vieron? ¿Hubo chape?
― ¡Delfina! – y nosotras reímos. Lo amo -  No pasó nada, solo que es la madre de mis hijas y siempre voy a sentir ese cariño por ella.
― ¡Que fea palabra “cariño” papá! –Me queje- dale, no seas malo… contanos. Si no nos contas a nosotras ¿a quién le vas a contar?
― A un amigo o a mi viejo-dijo él obvio y nosotras rodeamos los ojos. Bufó y sonreímos – estamos intentando… tratar de entendernos –nuestras sonrisas inmensas – a ver, escúchenme, esto no significa que hayamos vuelto ni mucho menos ¿ok? –Asentimos- solo que… nos queremos mucho, y no es para menos.
― O sea que estas en papel de levante – dice Pepi y él ríe.
― Ponele. No quiero ilusionarlas, porque con su madre nunca se sabe –reímos – pero al menos… estoy intentando.
― Ay como para que te diga que no, papá –le digo- si sos un amor. Nosotras te decimos que sí- y él rio. Nosotras lo abrazamos.
― Las amo –nos dijo bajito. Yo sonreí y le deje un beso en su mejilla.
Nosotras también lo amamos. Mucho.

***
― ¡Te agarro! ¡Te agarro! – escucho sus risas y vuelvo a revivir. No hay nada más lindo y puro que escucharla reír, de envolverla en mis brazos para dejar miles de besos en su pancita y que ella me suplique que la suelte, que deje de hacerle cosquillas.
― Paupi, Paupi –dice seguidas veces y dejo de hacerle cosquillas para dejar un beso en su mejilla, que sus piecitos choquen el suelo para seguir corriendo, y que a mí se me escapen miles de sonrisas.
Esta tan grande.
Suspiro y vuelvo a donde esta ella junto a Delfi y papá que me sonríe divertida y muerta de amor por su hija: Luz, mi prima, mi hermana del alma (y un poco de sangre *primas- hermanas*)
― Te juro que la amo –le digo y ella ríe un poquito para asentir.
Aquella pequeña que me bautizo como “Paupi” con apenas dos añitos y medios es mi vida entera, el amor que le tengo a este ser es enorme, me puede, muchísimo, y creo que su mamá quiere matarme porque es tanto el amor que le tengo que siempre que vengo a visitarla le traigo algún regalito. “¡Deja de malcriarla!” la escuche varias veces decirme lo mismo, pero yo como si nada, obvio.
“¡Es mi ahijada, déjame!” Y ella es su mamá, pero no me dice nada, porque ama ver feliz a su hija con su madrina que la malcría al cien por cien.
― Loco a mí ni bola me da –se queja Pepi – los seis meses que no estuvo Pau me re amaba, volvete flaca –y yo largo una carcajada.
― Olvídate –le digo- fue la única a quien extrañe.
― Te estas olvidando de mí –dice papá y nosotras reímos. Le dejo un beso en su mejilla.
El reloj de mi celular marca 20.07 hs y es cuando papá dice un “¿vamos?” que a mí me suena el celular entrando una llamada de Pepe. Le digo que me banque y atiendo la llamada.
― ¡Hola Pepe!
― Hola novia decime que me extrañas como yo te extraño a vos –rio un poquito.
― Depende si es mucho o poco lo que me extrañas vos – escucho un “aaah” de fondo de parte de Pepi, papá y Luz.
― Obvio que mucho, ¿Qué es esa pregunta? –largo una carcajada.
― Tarado ¿todo bien?
― Si, te llamaba porque los chicos quieren juntarse a cenar y después ir al bar, que hoy cantan Ro y Gas.
― Ay, buenísimo. ¿Dónde nos juntamos?
― Creo que en casa de Cele, todavía no se sabía. Mientras tanto puedo ir a tu casa así dejas de extrañarme tanto ¿no? – rio un poquito más.
― Obvio que sí, pero todavía no llegue a casa.
― ¿Y dónde estás? Desubicada.
― Cállate queres. Estoy en lo de Luz con mi viejo –mi papá me fulmino con la mirada y dijo “¡Como viejo! ¡Papá nena!” para que yo ría – bueno papá y Delfi, pero ya nos estábamos yendo.
― Decile a Miguel que viejos son los trapos –largue una carcajada
― ¡Caradura! –Reímos los dos – bueno… te llamo cuando este en casa así venís ¿dale?
― Dale, te amo
― Yo a vos, chau.
Y solo basto en despedirnos de mi prima y de mi ahijada, (solo hasta mañana, porque mañana las esperaría a las dos en casa para almorzar juntas e ir a pasear por alguna plaza) para salir para mi departamento y que después ellos sigan hasta casa.

***

Cientos de Ooh, ooh, ooh acompañando a mis amigos, y claro que nosotros, como todas las veces que venimos a escucharlos nos sumamos a sus canciones, a sus “ooh, ooh, ooh” y a sus sonrisas que se les escapan al ver tanta gente que los apoya, vernos a nosotros y nosotros verlos a ellos también se nos escapan sonrisas.
Tu voz sonaba tan arrepentida... Arrodillado como un niño en la orilla, desenterrando un poco de tu amor – canto Rochi al micrófono la primera estrofa de “el primer día del resto de mi vida” la cual yo junto con Zai también la cantamos (sin micrófono, claro).
Sonreímos cuando unas palmas empezaron y nosotros también nos sumamos, todo por ver feliz a nuestros amigos.
Y ahora que te digo "adiós", y se abren mis alas me pides perdón – nosotras seguíamos a los gritos y recibimos las miradas de nuestros amigos que nos disparaban odio.
― ¡Pedro, cállala! – Le dijo Lali a Pepe y yo largue una carcajada.
Claro que él aprovecho la oportunidad para hacerle caso a su amiga y también dejar un beso profundo y lleno de risa en mis labios.
― Sali tarado –le dije entre más risas y él se contagió.
Te quise como a nada más, como al respirar, te quise como el fuego al viento en una noche de San Juan. Y ahora que me voy me das la luna sobre el mar, ahora que no hay más destino que el camino en soledad. – pero ella también se unió al estribillo y todos los chicos se obligaron a taparse los oídos.
Así comenzaba la noche en el bar donde Ro y Gas se hacían escuchar, después de haber compartido con nosotros unas ricas pizzas y empanadas, para salir todos juntos a este bar con el propósito de pasar un lindo momento todos juntos escuchándolos.
Salí del baño cuando veo a Pepe esperándome en una de las butacas de la barra, le sonrío y me acerco a él.
― ¿Qué haces solito? –le pregunto y él sonríe.
― Vine a buscar más cerveza y a esperarte –reí y enrede mis brazos sobre su cuello – te amo –me murmuro y yo sonreí para besarlo dulcemente.
― Hace dos meses te cruzaba acá… después de ocho meses o más sin vernos. –su sonrisa.
― ¿Cruzaba? ¡Me chocaste! Y no solo eso me llamaste “idiota” –largue una carcajada.
― Porque vos no miras al frente nene –su risa – igual, yo te había visto antes –el frunce su ceño – ese día temprano, en el supermercado.
― ¡¿Enserio?! –Y yo asiento con una sonrisa- ¿Por qué no te vi yo?
― Porque yo no quise –se cruza de brazos - ¡Estabas con Camila abrazados y riéndose! –largo una carcajada- me quería matar.
― Ese fue el primer día que llegaste, ¿no? –asiento y él me sonríe para atraerme más a su cuerpo – bueno, pero estamos juntos. Ya no hay más Camilas –sonreí y jugué con su nariz.
― Te amo mucho –le murmuro.
― Yo también te amo –besa suavemente mis labios- mucho, mucho –siempre va a duplicar la apuesta.
― Yo mucho más y fin –lo bese dulcemente - ¡No me mires, no me toques si me pongo a gritar! – Rochi volvía a cantar Mary Poppins y el Desollinador y a mí que me pueden estas canciones la empecé a cantar como si nada, un Pedro mirándome divertido para que yo ría y lo abrace y después, volver con el resto de los chicos.
Y disfrutar, compartir.

Continuara…

¡Hola capítulo 199!
Este capítulo enterito de pe a pa es tuyo Mortu linda. Ya lo sabias,
te amo y gracias por leerme siempre, sos todo y más.

Un adiós a papá y hermana Chaves. Y también a la pequeña Lina y su mamá Luz que le dio tanta alegría
a esta Paula tan familiera.
(era necesario el "Paupi" porque extraño horrores a mi Lola de mi otra novela)
Espero sus comentariosssssss y eso.  
[nos vemos mañana con el capítulo 200. Yo muero no se ustedes]

JusPauliter


*voy a extrañar los “continuara…”*